
Y uno de esos reductos es el mundo del fútbol. Apenas hay futbolistas que hayan reconocido abiertamente su homosexualidad, no sólo en España, sino en el resto del mundo. Y no es que no existan jugadores homosexuales en esta disciplina, porque todos los jugadores y forofos seran más machos que el resto. Futbolistas homosexuales hay, como hay jugadores de tenis o atletas gays que lo han reconocido publicamente. Pero en el mundo del fútbol existe ese tabú hacia el mundo gay. Un tabú que se enmaraña en el propio negocio y en las cifras multimillonarias que reinan en los campos y en los despachos de los clubes de fútbol de toda Europa.
Claro que existen jugadores gays. Y a buen seguro, que muchos aficionados se llevarían grandes sorpresas sí descubriesen que a alguno de sus jugadores favoritos le ponen los tíos. No es comprensible ese mutismo y ese tabú hacia lo gay en el fútbol. Además, la salida del armario de algunos jugadores de fútbol contribuiría a normalizar el hecho gay más que la salida de 300 actores o cantantes juntos. Así que no sabemos a que esperan...
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