Choca enormemente que entre tanta salida del armario de diversos profesionales, ningún futbolista haya dado este paso todavía. Actores, cantantes y modelos, profesores y médicos, presentadores de televisión y políticos, policías, deportistas, soldados y hasta guardias civiles han dado el paso de dar visibilidad a nuestro colectivo. Gays hay en todos los estratos sociales y en todas las profesiones. Eso ha quedado patente para el conjunto de la sociedad. Pero aún queda algún reducto en el que el no deben existir los gays. O al menos, están muy al fondo del armario.Y uno de esos reductos es el mundo del fútbol. Apenas hay futbolistas que hayan reconocido abiertamente su homosexualidad, no sólo en España, sino en el resto del mundo. Y no es que no existan jugadores homosexuales en esta disciplina, porque todos los jugadores y forofos seran más machos que el resto. Futbolistas homosexuales hay, como hay jugadores de tenis o atletas gays que lo han reconocido publicamente. Pero en el mundo del fútbol existe ese tabú hacia el mundo gay. Un tabú que se enmaraña en el propio negocio y en las cifras multimillonarias que reinan en los campos y en los despachos de los clubes de fútbol de toda Europa.
Claro que existen jugadores gays. Y a buen seguro, que muchos aficionados se llevarían grandes sorpresas sí descubriesen que a alguno de sus jugadores favoritos le ponen los tíos. No es comprensible ese mutismo y ese tabú hacia lo gay en el fútbol. Además, la salida del armario de algunos jugadores de fútbol contribuiría a normalizar el hecho gay más que la salida de 300 actores o cantantes juntos. Así que no sabemos a que esperan...

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