
El pasado sábado, Roma vivió una historia rocambolesca. Una escena que podría haberse vivido en decenas de países de otros continentes, pero que en ningún caso debería haberse vivido en una de las capitales de la Unión Europea. La policía italiana detuvo a dos hombres por el grave delito de besarse frente al Coliseo romano. La policía acusó a los dos jóvenes de 27 y 28 años de “conducta lasciva”, negando que fuese una actuación homófona, ya que afirmaban que era un tema de legalidad y de orden público. Al menos, la Ministra de Sanidad italiana, Livia Truco, pidió disculpas a los detenidos y expresó su vergüenza por el episodio, afirmando que “cosas como esta no ocurren en un país normal”. Las disculpas están muy bien, pero la vergüenza y el desamparo que sufrieron los dos jóvenes no se la quita nadie. Total, por un simple beso...